Hacer frente a la depresión en verano

Hacer frente a la depresión en verano: cuando el sol no brilla para todos

Parece una contradicción, pero no lo es. Mientras medio mundo planea escapadas, se llena de crema solar y canta al ritmo del La morocha, hay muchas personas que lo están pasando mal. Porque sí, hacer frente a la depresión en verano es una realidad que poca gente menciona entre cócteles y flotadores de flamenco. Que haya sol no significa que todo esté bien. De hecho, para muchos, el calor y la presión por «disfrutar» intensifican ese sentimiento de tristeza, desconexión y vacío.

El verano tiene su propio marketing: vacaciones, diversión, energía. Pero para alguien con depresión, esta estación puede sentirse como una película en la que todos sonríen… menos tú. A veces es por el contraste: cuando todo el mundo parece feliz, la tristeza se siente más grande. Otras veces, la falta de rutina (que el resto celebra con entusiasmo) se convierte en caos mental. Y ojo, que el calor tampoco ayuda: dormir mal, sentirse agotado todo el día y tener la nevera como único refugio no es precisamente lo que recetan los psicólogos.

Y entonces, aparece el sentimiento de culpa, el famoso «debería estar bien». Pero no, no «deberías» nada. Si estás pasando un mal momento, lo importante es reconocerlo y buscar herramientas para luchar contra la depresión, incluso en los meses más soleados del año. Porque luchar no es esconderlo, ni disimular, ni fingir que te encanta la playa si la odias. Luchar es buscar ayuda, hablar, moverse, dormir mejor y saber que lo que sientes no te hace menos valiente, ni menos válido. Solo humano.

Hacer frente a la depresión en verano: consejos para sobrevivir a los días soleados

Aunque no existe una solución mágica, hay muchas cosas que puedes hacer para hacer frente a la depresión en verano y sobrellevar la estación con un poquito más de calma (y menos dramatismo de anuncio turístico). Aquí van algunas ideas que pueden ayudarte:

  • Establece una rutina ligera: no necesitas horarios militares, pero sí cierta estructura. Despiértate a la misma hora, come bien y reserva espacios para ti.
  • Evita la sobreexposición: si el calor o el bullicio te abruman, no pasa nada por buscar entornos tranquilos, sombra o silencio. El descanso también es resistencia.
  • Muévete, aunque sea poco: un paseo corto, unos estiramientos, bailar en pijama. Lo importante es activar el cuerpo, no batir récords olímpicos.
  • Rodéate de gente que sume: no hace falta tener mil amigos, basta con uno que te escuche sin juzgar. El apoyo emocional es un superpoder.
  • Busca ayuda profesional: si lo que sientes te supera, hablar con un psicólogo no es señal de debilidad, sino de inteligencia emocional con mayúsculas.

Recuerda: no estás solo, y no tienes que brillar como el sol para estar bien. A veces, simplemente estar es suficiente.