Parece una contradicción, pero no lo es. Mientras medio mundo planea escapadas, se llena de crema solar y canta al ritmo del La morocha, hay muchas personas que lo están pasando mal. Porque sí, hacer frente a la depresión en verano es una realidad que poca gente menciona entre cócteles y flotadores de flamenco. Que haya sol no significa que todo esté bien. De hecho, para muchos, el calor y la presión por «disfrutar» intensifican ese sentimiento de tristeza, desconexión y vacío.